En el mundo de los negocios, la gestión fructífera del conflicto es una habilidad considerada crítica para el éxito. La capacidad de identificar y gestionar los conflictos con éxito puede ser la diferencia entre una transacción que llega a un buen fin y una que termina en un fracaso. Esto aplica para todos los niveles de la vida empresarial, desde el más alto nivel de dirección hasta la interacción habitual y diaria entre los empleados.

Sin duda que esta habilidad no solo es importante en el campo de los negocios sino también en espacios vitales mucho más amplios. Todos los ámbitos de la existencia de los individuos, de los equipos, y de las organizaciones encuentran cotidianamente el conflicto, sea este de baja intensidad o de un grado más importante en cuanto a su contenido y a sus consecuencias.

Como sabemos, el conflicto está presente en todas las sociedades humanas desde tiempos inmemoriales. También sabemos que es una circunstancia inevitable en las interacciones entre los individuos, y que, como tal, no debe considerarse como una cuestión buena o mala, sino como una consecuencia natural de tal interacción, con independencia de los resultados obtenidos de su resolución. De hecho, en algunos casos, convenientemente administrado puede resultar en un factor de cambio dentro de las organizaciones o en las relaciones interpersonales. En ese caso, veremos que los resultados del conflicto pueden ser positivos en cuanto altera en ocasiones un statu quo que no es el deseado.

Los conflictos se producen naturalmente en todas las interacciones humanas, desde aquellas entre ciudadanos comunes hasta situaciones en las que los intereses de una empresa y sus clientes chocan. Sin embargo, el campo del conflicto no se agota aquí. Puede ser que ese conflicto se produzca entre organizaciones, o bien entre grupos de individuos dentro de un contexto político y aun entre grupos de individuos con un Gobierno, sin dejar de mencionar el conflicto entre Estados. Por lo tanto, es importante saber cómo gestionar los conflictos de manera eficaz, así como identificar y solucionar los problemas. Igual de importante es tener una mentalidad constructiva para prevenir conflictos e incluso administrarlos, dado que a veces no hay una solución efectiva y lo que podemos hacer es gestionar la situación durante cierto tiempo.

Analizaremos estas cuestiones en otras intervenciones en este blog.

Es por todo lo que hemos dicho que la gestión del conflicto incluye muchas habilidades, como la comunicación asertiva, la negociación, la resolución de problemas, la escucha activa y el pensamiento crítico. Estas habilidades son esenciales tanto para la interacción entre los empleados como para la relación con los clientes en lo cotidiano.

Dominar estas habilidades es esencial para mejorar la eficiencia de una empresa, de una organización, de una familia, etc. Para ayudar a los profesionales a desarrollar estas habilidades, hay una gran cantidad de herramientas y recursos disponibles para la formación en gestión de conflictos.

Los cursos sobre gestión de conflictos proporcionan a los profesionales una base sólida en la comprensión y resolución y administración de los conflictos, así como también contribuyen a la mejora de sus habilidades de negociación.

Estos cursos cubren una amplia gama de temas, desde la comprensión de los distintos tipos de conflictos hasta la resolución de conflictos en la práctica. Estos cursos incluyen también la toma de decisiones adecuadas, la negociación de acuerdos, la resolución de problemas y la comunicación; también proporcionan a los participantes la oportunidad de aplicar las habilidades aprendidas directamente a sus situaciones empresariales.

Además de los cursos, hay una amplia gama de materiales de apoyo, como libros, manuales y formación en línea. El principio general aplicable en este punto es recordar una antigua frase de los negociadores profesionales y que se aplica al conflicto en sentido amplio: “el negociador no nace, sino que se hace, esto es, se construye”.