Un Puente hacia la Transformación del Conflicto
Johan Galtung, además de sus contribuciones teóricas al campo de la conflictologia, también ha explorado las aplicaciones prácticas de sus ideas, especialmente en el ámbito de la mediación. Para Galtung, la mediación no es simplemente un proceso para llegar a un acuerdo entre las partes en conflicto, sino una herramienta para la transformación del conflicto, que busca abordar las causas profundas de la confrontación y construir relaciones más justas y equitativas.
Galtung concibe la mediación como un proceso de comunicación facilitado por un tercero neutral, el mediador, que ayuda a las partes a comprenderse mutuamente, a identificar sus intereses comunes y a encontrar soluciones creativas que satisfagan las necesidades de todos. A diferencia del arbitraje, donde un tercero toma una decisión vinculante para las partes, en la mediación las partes conservan el control sobre el resultado.
Para Galtung, una mediación efectiva debe abordar los tres componentes del Triángulo del Conflicto:
Actitudes: el mediador ayuda a las partes a modificar sus percepciones negativas, sus estereotipos y sus prejuicios mutuos. Fomenta la empatía, la escucha activa y el reconocimiento de la legitimidad del otro.
Comportamientos: el mediador facilita la comunicación entre las partes, promoviendo un diálogo constructivo y evitando la escalada del conflicto. Ayuda a las partes a expresar sus necesidades e intereses de manera clara y respetuosa.
Contradicción: el mediador ayuda a las partes a identificar las causas profundas del conflicto y a buscar soluciones creativas que aborden las necesidades e intereses subyacentes. No se centra únicamente en las posiciones iniciales de las partes, sino que busca explorar las motivaciones que hay detrás.
Galtung distingue diferentes tipos de mediación, según el enfoque que se utilice:
Mediación basada en la resolución de problemas: se centra en la búsqueda de un acuerdo que satisfaga las necesidades e intereses de las partes. Se enfoca en la negociación y la búsqueda de soluciones prácticas.
Mediación transformativa: va más allá de la simple resolución del problema inmediato y busca transformar las relaciones entre las partes. Se centra en el empoderamiento de las partes y el reconocimiento mutuo.
Mediación cultural: tiene en cuenta las diferencias culturales entre las partes y adapta el proceso de mediación a sus valores, normas y estilos de comunicación.
Para Galtung, un buen mediador debe poseer una serie de cualidades:
Neutralidad: el mediador debe ser imparcial y no tomar partido por ninguna de las partes.
Empatía: el mediador debe ser capaz de comprender las perspectivas y las emociones de todas las partes.
Habilidades de comunicación: el mediador debe ser un buen comunicador y facilitador del diálogo.
Creatividad: el mediador debe ser capaz de generar nuevas ideas y opciones para la resolución del conflicto.
Paciencia: el proceso de mediación puede ser largo y complejo, por lo que el mediador debe tener paciencia y perseverancia.
La mediación, según Galtung, no es solo una herramienta para resolver conflictos individuales, sino también un instrumento para la construcción de paz a nivel social y político. Al facilitar el diálogo, la comprensión mutua y la búsqueda de soluciones creativas, la mediación puede contribuir a transformar las relaciones entre grupos enfrentados y a construir una sociedad más pacífica y justa. En resumen, la mediación, tal como la concibe Galtung, es un proceso que va más allá de la simple resolución de disputas. Es una herramienta poderosa para la transformación de conflictos, que busca abordar las causas profundas de la violencia y construir relaciones más justas y equitativas entre las partes.
Johan Galtung (nacido en 1930) es un sociólogo y matemático noruego reconocido como uno de los fundadores de los estudios de la paz y los conflictos. Su trabajo ha sido fundamental para comprender las dinámicas de la violencia, la paz y el desarrollo en el ámbito internacional.
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