Johan Galtung, en su análisis de las dinámicas conflictivas, no solo se centró en los actos de violencia en sí mismos, sino que también profundizó en el contexto social en el que se producen. Desarrolló el concepto de formaciones sociales para describir cómo se configuran las sociedades de manera que favorecen o dificultan la aparición, la escalada o la transformación de los conflictos. Este concepto nos ayuda a entender cómo interactúan las estructuras, las culturas y los actores en un contexto social determinado, creando un terreno fértil para la violencia o para la paz.
Una formación social, según Galtung, se compone de cuatro elementos principales:
Actores: son los individuos, grupos o instituciones que participan en la interacción social. Pueden ser actores primarios (directamente involucrados en el conflicto), secundarios (que influyen en el conflicto) o terciarios (que intervienen para facilitar la resolución).
Estructuras: son las instituciones, las normas, las leyes y las relaciones de poder que organizan la sociedad. Pueden ser estructuras económicas, políticas, sociales o culturales. Algunas estructuras pueden ser más propicias para la violencia que otras, por ejemplo, estructuras que generan desigualdad, exclusión o represión.
Cultura: se refiere a los valores, las creencias, las normas, los símbolos y las ideologías que comparten los miembros de una sociedad. La cultura puede legitimar o deslegitimar la violencia, influenciando las actitudes y los comportamientos de los actores.
Conflicto (o armonía): es la dinámica central de la formación social. Puede haber conflictos manifiestos, latentes o inexistentes. La armonía, por otro lado, se caracteriza por la cooperación, el respeto y la ausencia de violencia.
La interacción entre estos cuatro elementos configura la dinámica de la formación social. Galtung argumenta que ciertas configuraciones son más propicias para la violencia que otras. Por ejemplo, una formación social caracterizada por:
- Actores con intereses incompatibles.
- Estructuras que generan desigualdad y exclusión.
- Una cultura que legitima la violencia.
Tendrá una alta probabilidad de experimentar conflictos violentos. Por el contrario, una formación social caracterizada por:
- Actores con intereses convergentes.
- Estructuras que promueven la equidad y la inclusión.
- La cultura que valora la paz y la no violencia.
Tendrá una mayor probabilidad de experimentar armonía y cooperación.
Galtung también introduce el concepto de formaciones sociales en transición. Estas son formaciones que están experimentando cambios profundos en sus estructuras, culturas o actores, lo que puede generar inestabilidad y aumentar el riesgo de conflicto. Las transiciones pueden ser hacia la democracia, hacia la economía de mercado, hacia la independencia o hacia otros cambios sociales, políticos o económicos. La forma en que se gestionan estas transiciones puede determinar si conducen a la violencia o a la paz.
El análisis de las formaciones sociales nos permite comprender el contexto en el que se desarrollan los conflictos y diseñar estrategias de intervención más efectivas. Al actuar sobre las estructuras, las culturas y los actores, se pueden transformar las formaciones sociales de manera que sean más propicias para la paz y menos para la violencia.
En resumen, el concepto de formaciones sociales de Galtung nos ofrece una herramienta valiosa para comprender la complejidad de las dinámicas sociales y para diseñar estrategias de transformación que aborden las causas profundas de los conflictos, buscando construir sociedades más justas, equitativas y pacíficas.
Johan Galtung (nacido en 1930) es un sociólogo y matemático noruego reconocido como uno de los fundadores de los estudios de la paz y los conflictos. Su trabajo ha sido fundamental para comprender las dinámicas de la violencia, la paz y el desarrollo en el ámbito internacional.
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