La comunicación no verbal es sumamente importante en el comportamiento humano y su comprensión
En España dicen “que se pilla antes a un mentiroso que, a un cojo”, una frase que tiene un particular gracejo y que, si bien no es exactamente infalible, se acerca bastante a algunos aspectos de la realidad comunicacional. Por cierto, a todos nos gustaría tener el poder o la capacidad de mirar a alguien y, simplemente estudiando sus rasgos, saber si nos está engañando o no. Lo bueno de todo esto es que quizá hoy en día no sepamos identificar a un mentiroso, pero todo se puede aprender. No existe un poder mágico que nos asista en esto, pero la técnica esta a disposición. Una técnica que no es infalible, pero que podemos ir afinando en la medida en que estudiamos y aprendemos las técnicas que nos permiten aproximarnos a detectar los estados emocionales y otros elementos que son fundamentales en la negociacion, en la relación con los otros y, sobre todo como instrumento técnico en nuestro arsenal de trabajo.
Por ejemplo, ¿sabías que fijarte en la nariz de la otra persona que está comunicándose con nosotros o que tenemos sentada en la mesa de negociacionespuede ayudarnos mucho a discernir si hay presencia de un engaño o no? No hay que olvidar que la comunicación no verbal es sumamente importante en el comportamiento humano y su comprensión. Las investigaciones han demostrado que las señales no verbales pueden proporcionar indicaciones de engaño, y una de ellas, que se ha asociado durante mucho tiempo con el engaño, es, por ejemplo, tanto rascarse la nariz como los gestos que llevan casi compulsivamente a tener las manos sobre o en el entorno de la boca. Pero hoy nos vamos a concentrar en el tema de la nariz.
Muchos de nosotros recordamos que al personaje Pinocho le crecía la nariz cuando mentía. Pero, cuentos de ficción aparte, cabe preguntarse, ¿hay algo de verdad en todo esto?
Como señala Psychology Today, rascarse la nariz, frotarla o simplemente tocarla, es efectivamente un comportamiento observado en los individuos que engañan. No obstante, hay que poner peros en todo este asunto y abordarse el tema con cautela, pues también puede ser que la persona simplemente sufra alergia o un resfriado. Las razones subyacentes detrás de rascarse la nariz durante el engaño aún no se comprenden completamente desde una perspectiva científica. Hay una fuerte hipótesis que sugiere que podría ser un intento subconsciente de desviar la atención de la cara o aliviar la ansiedad asociada con la deshonestidad. Cuando las personas se sienten incómodas o nerviosas mientras mienten, pueden exhibir un aumento de los comportamientos de inquietud, incluido rascarse la nariz.
El miedo “a ser atrapado en una mentira” desencadena la respuesta de lucha, lo que provoca (entre otras) la vasoconstricción y aumenta la presión arterial. Esto, a su vez, hace que los tejidos dentro de la nariz se hinchen y sientan un hormigueo, lo que provoca picazón. Por lo tanto, cuando una persona miente, puede sentir una mayor necesidad de satisfacer la picazón tocándose la nariz. No obstante, debe considerarse con otras señales no verbales y no solo como una prueba infalible.
En general, los expertos en engaños y en detección de las mentiras suelen enfatizar la importancia de observar grupos de señales no verbales. Hay un error fundamental – que tenemos que evitar – que es tratar de interpretar un signo aislado y a partir de ese signo sacar conclusiones. Si bien rascarse la nariz puede sugerir un posible engaño, confiar únicamente en esta señal está lejos de ser infalible. La interpretación de las señales no verbales, incluido rascarse la nariz, debe considerarse dentro del contexto del individuo y la situación. Diferentes personas tienen gestos y hábitos únicos que pueden influir en su lenguaje corporal. Las variaciones culturales también pueden afectar el significado y la importancia de las señales no verbales. Por lo tanto, es esencial tener precaución y evitar sacar conclusiones precipitadas basadas únicamente en un solo comportamiento.
La conexión entre rascarse la nariz y el engaño es un área de estudio fascinante dentro del ámbito de la comunicación no verbal. Si bien la investigación científica sugiere una correlación potencial, es crucial evitar la generalización excesiva o los estereotipos basados únicamente en esta señal. La comprensión e interpretación de las señales no verbales, incluido rascarse la nariz, debe abordarse con cautela, teniendo en cuenta las diferencias individuales, las influencias culturales y el contexto general. Al considerar una variedad de señales verbales y no verbales, podemos mejorar nuestra capacidad para detectar el engaño, proporcionando información valiosa sobre el comportamiento y la comunicación humanos.
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